La semana pasada, cumplí treinta y seis años. El día de mi cumpleaños marcaba también el final de los doce meses de mi proyecto personal #35sueñosparamis35. Se trataba de una lista de treinta y cinco sueños/retos que, con ayuda de mis amigos y familia, elaboré en mi trigésimo quinto cumpleaños. La idea era realizar todas las actividades de la lista durante los doce meses entre ese cumpleaños y el siguiente. Se me ocurrió en su momento porque la idea de cumplir treinta y cinco años se me hacía muy cuesta arriba. Entré en una especie de espiral de pensamiento negativo: que no había aprovechado mi vida lo suficiente, que se me iba el tiempo, que casi tenía cuarenta, que qué rápido pasa el tiempo... El objetivo de la lista era, básicamente, sentirme mejor.
Cuando llegó el día de mi trigésimo sexto cumpleaños, había cumplido veintitrés de los treinta y cinco sueños de la lista. Me hubiese encantado haber cumplido los treinta y cinco, pero la falta de tiempo y - sobre todo - la falta de dinero, hicieron que decidiera aparcar algunos de ellos hasta nuevo aviso. Sin embargo, no haber cumplido todos los objetivos de la lista no resultó ser tan importante. Lo realmente importante fue lo que aprendí de la experiencia.
En primer lugar, me costó una barbaridad encontrar treinta y cinco cosas que me gustaría hacer y que no había hecho todavía. Entonces me di cuenta de que, en general, suelo hacer todo lo que quiero, no dejo que me paralicen ni el miedo ni la pereza a la hora de vivir las experiencias que deseo. Entender esto ya cambió bastante mi perspectiva sobre mi cumpleaños y sobre cómo había vivido mi vida hasta entonces.
En segundo lugar, realizar los objetivos de mi lista ha hecho que tenga un año tremendamente productivo y divertido, lleno de experiencias nuevas, risas, alegría y aprendizaje. Aunque comencé poniendo mucho énfasis en completar la lista entera, acabé dándome cuenta de que no importaba tanto cuántos objetivos cumpliera, sino el propio hecho de dedicarme a ellos, de buscar la manera de realizarlos y de disfrutar del proceso de hacerlo.
Y por último, lo más importante, lo mejor que he sacado de este proyecto, ha sido poder compartirlo con la gente a la que quiero. Mi gente me ha acompañado con entusiasmo e infinita generosidad en mi recorrido por la lista, en primer lugar proponiendo actividades que les incluían y más tarde, disfrutándolas conmigo, aportando su tiempo, su energía, su humor y su amor a todo lo que he hecho en estos meses. Haber compartido esos momentos con ellos ha sido, sin duda alguna, el mejor regalo.
Muchas personas me han preguntado si este año tendré un proyecto llamado #36sueñosparamis36. La respuesta es que no, sencillamente porque no lo necesito. Y es que este año lleno de nuevos proyectos, sueños y retos - incluyendo un cambio radical de rumbo laboral - ha modificado por completo mi manera de ver la vida: he llegado a los treinta y seis sintiéndome más joven, viva y afortunada que nunca. Misión cumplida.
35 sueños para mis 35
1) Plantar un árbol
2) Volar en globo
3) Volar en ultraligero
9) Ir a Gales a visitar a mi amiga
Joanne
16) Empezar a escribir mi novela
17) Obtener la maestría de Reiki
19) Apuntarme a bailes de salón
23) Conocer Madrid a fondo
24) Ir a York a visitar a mi amiga Tori
25) Aprender Chi Kung
Leer todas las obras de
Shakespeare
3 Terminar un puzle de 1000 piezas