jueves, 4 de noviembre de 2010

MI PEQUEÑO MUNDO DE COLORES

En este mes de Noviembre cumplo 31 años. Parece que fue ayer cuando cumplí los 30, aunque en este año mi vida ha cambiado tanto como si hubiesen pasado diez. Me encuentro en un lugar de mi vida en el que, hace un año, jamás habría pensado que estaría. Por otro lado, jamás pensé que disfrutaría tanto de este lugar, que sería tan feliz (o más) que donde había estado hasta ahora.

Me costó mucho esfuerzo desvincularme, aunque fuera temporalmente, del mundillo del teatro. No me veía haciendo otra cosa, me sentía totalmente perdida sin esa brújula que había guiado todos mis pasos y decisiones en los últimos quince años. Y, sobre todo, tenía miedo. Tenía miedo de perder un tren imaginario en el que me había mantenido subida obstinadamente, contra viento y marea, a pesar de los empujones, de las zancadillas y de todas las demás agresiones y circunstancias adversas que caían continuamente sobre mí.

Sin embargo, un buen día finalmente comprendí que tenía que soltarme y saltar del tren, al menos por un tiempo. Y me obligué a tener fe, a creer firmemente que cuando quiera volver a subirme, podré hacerlo... porque si no hubiera creído, nunca me habría soltado.

Comencé a caminar sin rumbo fijo y durante un tiempo, lo pasé francamente mal. Porque me sentía perdida, sí, pero también porque me sentía culpable... culpable por comenzar a disfrutar de otras cosas tanto como había disfrutado del teatro en su momento. Pasada esta etapa difícil, pude al fin dejarme llevar por mi nueva forma de vida... Y entonces vino lo bueno.

Y es que, ¿cómo es posible descubrir nuevos mundos, nuevas experiencias, si no soltamos algo de nuestra vida anterior? ¿Cómo vamos a saber cuántas cosas bellas, útiles y maravillosas hay en el mundo si no les hacemos sitio? Al igual que nunca vemos a un nuevo amante, por muy cerca que le tengamos, mientras sigamos obsesionados con el último amante perdido, tampoco vemos todas las posibilidades que nos ofrece la vida hasta que dejamos marchar nuestra obsesión por la/s cosa/s que ocupaba/n nuestra vida hasta ahora.

Yo empecé a concentrarme en mi formación terapéutica y decidí volver a buscar formación artística, algo que no había hecho en varios años (y lo cual es, por otra parte, importantísimo en la vida de un actor). Y, como siempre, una vez abiertas las puertas de mi mente y de mi alma, comenzó a llover...

Cierto día, recibí otro email de una escuela de teatro de Madrid. Digo "otro", porque esta escuela llevaba enviándome emails informativos durante años. Nunca los abría... porque no tenía tiempo para formación. Pero aquel día, mi dedo, casi involuntariamente, hizo click en el ratón y el email se abrió. Anunciaba un curso de clown para hospitales y trabajo social, algo que había querido hacer durante años (¡y NO tenía tiempo!) y que además combinaba a la perfección mi trabajo artístico con mi trabajo terapéutico. Como os decía... comenzó a llover.

Y resulta que llovió a raudales, porque el curso no solamente era lo que buscaba, sino que me ofreció muchísimo más de lo que había esperado: una profesora profesional y encantadora, una formación excelente, un fin de semana lleno de solidaridad, risas y cariño y unos compañeros alucinantes. Mirando a mi alrededor el primer día de curso, recuerdo haber pensado en lo increíble que es que, en este mundo difícil, que puede llegar a ser tan sumamente oscuro, existan personas dispuestas a entregar su tiempo y su dinero con el único propósito de llevar alegría y Amor a los demás. Para quien no crea en milagros, debo deciros que esto, sin lugar a dudas, lo es. Todo acto de Amor lo es.

Por eso, aunque el mundo que nos rodea a veces parezca una película en blanco y negro, aunque mi propio mundo se tambalee de vez en cuando y corra el riesgo real de hundirme en un pozo oscuro de melancolía, yo sé (siempre he sabido) que existe otro mundo que siempre va a estar presente, aunque no siempre se vea.
Un pequeño mundo de colores como antídoto contra la mediocridad.



www.saniclown.com

3 comentarios:

  1. "Por eso, aunque el mundo que nos rodea a veces parezca una película en blanco y negro, aunque mi propio mundo se tambalee de vez en cuando y corra el riesgo real de hundirme en un pozo oscuro de melancolía, yo sé (siempre he sabido) que existe otro mundo que siempre va a estar presente, aunque no siempre se vea...."

    Como diría una amiga mía....."exactly".... y qué falta me hacía escuchar esto hoy....

    un abrazo infernal

    ResponderEliminar
  2. no siempre puedo leerte.... pero me encantaría, porque cada vez que lo hago, durante esos minutos en los que te estoy leyendo, me meto de lleno en tu texto. me encanta cómo escribes, y, lo qué escribes... hasta tal punto que haces que cada vez que te leo me entren ganas de darle un giro de 180 grados a mi blog.gracias!!
    p.d. cómo va esa rodilla?

    ResponderEliminar
  3. Que precioso, justo ahora que el mundo se está volviendo loco por su afán de poder, un llamamiento a la felicidad en las cosas sencillas. El Amor está infravalorado y es una de las cosas más maravillosas que podemos ofrecer. Lástima que a veces se olvide, gracias por recordárnoslo. Este Teatro de sueños es una absoluta delicia.
    Un abrazo
    María

    ResponderEliminar