martes, 14 de mayo de 2013

MAGNOLIAS EN FLOR



La semana pasada se estrenó la obra que he estado dirigiendo durante los últimos tres meses: Magnolias de Acero. Se representó en inglés, producida por The Madrid Players (www.madridplayers.org). Es difícil para mí expresar por escrito la magnitud de todo lo que ha significado esta experiencia para mí. Sigo sorprendiéndome, una y otra vez, de la increíble fuerza que tiene el teatro en mi vida, de lo que me enseña en cada proyecto, de lo que me dice de mí y de los demás. Lo que ocurre sobre un escenario es, supuestamente, una representación ficticia de la vida. Sin embargo, con cada producción, me doy cuenta de que el teatro trasciende mucho más allá de eso.

Magnolias de Acero es una historia sobre la vida, el Amor y la fuerza. La magnolia es una flor que representa la belleza y la perseverancia, la fortaleza frente a las circunstancias adversas. Por ello, no es sorprendente que Robert Harling, el autor de esta obra, la haya utilizado como símbolo de las seis increíbles mujeres que protagonizan la historia. En esta producción, más que nunca, he observado cómo todas las emociones, los rasgos de carácter y las circunstancias vitales saltaban de los ensayos y las funciones a la vida real de manera realmente sorprendente.

Durante los cuatro días de representación de esta obra, he repetido una y otra vez que éste es, sin duda, el mejor proyecto en el que he trabajado en toda mi vida teatral. Esto es realmente significativo, teniendo en cuenta que llevo en el mundillo desde los trece años. Y es que esta experiencia ha superado absolutamente todas mis expectativas, en todos los sentidos.

Uno de mis mayores objetivos cuando comencé esta andanza, era el de conseguir dar la oportunidad de que la gente mostrara todo su talento. Esto no siempre es posible en el mundo del teatro y estoy cansada de ver cómo gente realmente brillante permanece en una semi-oscuridad permanente, esperando eternamente una oportunidad para florecer. Por eso, intenté desde el principio que el proyecto estuviera vivo, que nuestras puertas estuvieran abiertas a añadir todo el talento creativo que fuera posible, intenté que tanto yo misma como todos mis colaboradores saliéramos de nuestras zonas de confort, que buscáramos más allá de lo obvio, y traté por todos los medios de no caer en ningún estereotipo ni idea preconcebida.

Creo que una de las grandes diferencias entre este proyecto y los anteriores en los que he trabajado, es que me recordé a mí misma una y otra vez que mi mejor baza era dejarme guiar por el corazón y por el instinto y dejar de lado el cerebro (hasta cierto punto) y el ego (por completo). Creo que ésta fue la llave que abrió todas nuestras puertas, la que hizo que este proyecto no sólo fuera un éxito tan rotundo, sino que fluyera con total facilidad. Casi sin quererlo, conseguimos que no hubiera cabida para los malos rollos, los enfados o la indignación y llenamos el proceso de risas, de alegría, de superación personal, de creatividad y de vida.



Como suele decir mi amiga Eva, la suerte no existe. Pienso que lo único que existe es el trabajo, el Amor por lo que hacemos, el cuidado de las relaciones personales... Todo eso es lo que hace que las cosas funcionen. Por eso, no voy a decir que he tenido suerte de vivir lo que he vivido estos meses: voy a decir que las personas que me han rodeado son de las más perseverantes, talentosas y valientes con las que he trabajado. Me han enseñado muchísimo más de lo que podría imaginar. Tanto el elenco, como el equipo de producción, como todas esas personas que han estado apoyándonos desde fuera, incondicionalmente, de principio a fin, han llenado esta experiencia con todo lo mejor de sí mismos. Entre todos, hemos conseguido que todas y cada una de las personas que han participado en este proyecto hayan brillado por encima de circunstancias personales durísimas y superado todas y cada una de las barreras del proceso creativo para convertirse - verdaderamente - en magnolias en flor, abriéndose lentamente y mostrando, orgullosas, toda su belleza. Como resultado de todo lo que se ha construido durante estos tres meses - tanto sobre el escenario como fuera de él - esas seis preciosas magnolias nos han mostrado en cada función lo que es la verdadera magia. Y tan sólo puedo decir: GRACIAS.

3 comentarios:

  1. ¡Bravo!
    Muchos besos a esta incansable creadora.
    María.

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  2. Al margen de lo que pudo suponerte a nivel personal esta producción, desde el público se vio como una experiencia enriquecedora llena de sentimientos.

    ¡Enhorabuena nuevamente!

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