miércoles, 18 de abril de 2012

HABLEMOS DE SEXO


No creo en la monogamia. Opino que es una noción inventada por nuestra mente humana, reforzada por nuestro ego y alimentada desde hace siglos por nuestra educación social. Esto no quiere decir, por supuesto, que no crea en el amor: es más, lo busco incesantemente y sufro por no tenerlo. Sin embargo, no creo que amor y monogamia vayan necesariamente de la mano.

En el libro En el principio, era el sexo, Christopher Ryan y Cacilda Jethá exploran la noción de la monogamia tal y como la entendemos en nuestra sociedad, así como las razones antropológicas, anatómicas y psicosexuales por las cuales esta noción está realmente alejada de la naturaleza humana. No estamos hechos para emparejarnos de por vida.


Ésta es una realidad difícil de aceptar en una sociedad en la que, generación tras generación, los niños han crecido con cuentos de hadas y comedias románticas con finales perfectos. Crecemos creyendo en un para siempre tan utópico e inalcanzable, que podría no llegar jamás. Y es que para siempre es mucho tiempo.

Abogo por desmontar los cuentos de hadas de nuestra infancia y volverlos a montar a nuestra manera, como si de un Lego se tratara. Como hace Angela Carter en La cámara sangrienta, propongo redecorar el cuento de nuestras vidas con nuestros más profundos deseos, llenarlo de alegría, de risas, de pasión y de magnífica sensualidad.

El problema, por supuesto, es que no tenemos ni idea de cómo hacer esto, puesto que nadie nos ha enseñado. De la misma forma en la que malentendemos el amor, también malentedemos la libertad en nuestras relaciones. Me pregunto por qué resulta tan difícil llenar una relación de libertad, buen humor y placer, sin perder el respeto hacia nuestro compañero.

Por otro lado, la desafortunada realidad - aunque suene a tópico - es que la mujer suele llevarse la peor parte. Una mujer sexualmente liberada sigue siendo mal vista por muchos y malentendida por otros. Hoy en día, continúa la lucha contra adjetivos eternamente presentes en el inconsciente colectivo: fresca, suelta, inmoral, zorra...


Las cosas en este terreno están cambiando poco a poco, pero ni por asomo han cambiado lo suficiente como para que el tipo de relaciones del que hablo suela tener éxito... unos pocos afortunados lo han conseguido - los demás, seguimos buscando. Y debo admitir que la búsqueda es dura y que, en muchas ocasiones, es muy tentador tirar la toalla. ¿Es más inteligente, más cómodo, más amable con uno mismo, dejar de buscar algo que parece tan lejano a nosotros, al menos en estos tiempos? Desde luego, sería mucho menos frustrante olvidarlo. Sin embargo, creo que es más factible olvidar nociones aprendidas y esquemas mentales que olvidar nuestros deseos y pasiones. Éstos no dan tregua y por mucho que intentemos escapar de ellos, siguen saliendo a borbotones, desde el fondo de nuestras entrañas, y si no les hacemos caso, acaban por consumirnos.

Por otro lado, también creo que los esquemas sociales no pueden cambiar a menos que nosotros nos empeñemos en modificarlos. Es posible que yo siga viviendo en una sociedad en la que la libertad sexual tiene mucho camino por recorrer, pero me gustaría pensar que aún podemos abrir ese camino para futuras generaciones. El hombre ha sido capaz de cambiar muchas cosas a lo largo de los siglos y quiero creer que ésta, la más básica, natural y necesaria para nosotros, también acabará cambiando para mejor.

Por todo esto, creo que debo seguir buscando. Aunque mi cuento de hadas sea diferente y quizás incluso más inalcanzable que los de nuestra infancia. Ésta es una parte más de mi búsqueda personal, una pieza más dentro de ese Lego que monto y desmonto sin cesar. Sé que el trabajo no terminará nunca y que tendré que desbaratar todo y volver a comenzar una y mil veces. Pero estoy aprendiendo el díficil arte de la paciencia y estoy dispuesta a seguir el camino, por muy largo que sea. Es más, estoy decidida a disfrutar cada paso.

Y es que, como dijo George Eliot, nunca es demasiado tarde para convertirte en lo que podrías haber sido.

2 comentarios:

  1. HERMOSOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Muy bello Parisà!
    Una recomendación "Mujeres que corren con los lobos" de Clarissa Pinkola Estés. Maravilloso llamamiento a la mujer salvaje que todas llevamos dentro...
    Besos. María.

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