jueves, 28 de febrero de 2013

TODO LO QUE SIEMPRE QUISE



En nuestra sociedad, hablamos mucho sobre todas las cosas que la vida nos ha negado, todo lo que quisimos y nunca conseguimos, los sueños que nunca alcanzamos. La realidad - ésa que tantas veces se nos escapa, enterrada bajo la montaña de nuestros caprichos y las heridas de nuestro pasado - es que, en la mayoría de los casos, no nos falta absolutamente nada. El hecho es que las cosas que nos duelen hacen que el mundo en que vivimos nos parezca, de cuando en cuando, negro y cruel. Sin embargo, en general, si somos sinceros con nosotros mismos acerca de lo que queremos, la vida nos lo acaba concediendo.

En las últimas semanas, he pasado días muy tristes pensando en lo que la vida se empeña en no darme. Le ha dado mil vueltas, lo he analizado, he conversado sobre ello y he llorado sin parar... Como en otras ocasiones, no conseguía encontrar una razón para esto que me viene pasando (o más bien, no pasando) desde hace tantos años. Sin embargo, hace poco empecé a comprender una verdad que hasta ahora se me escapaba.

Hace unos días, recibí un email de la editorial con la que estoy trabajando para la publicación de mi primer libro. En él me comunicaban que mi libro ya se encontraba en imprenta y que en un plazo máximo de dos semanas, lo tendría en mis manos. La idea de publicar un libro llevaba años rondando en mi cabeza, pero creo que no fui realmente consciente de su materialización hasta que recibí ese email. Un libro. Mi libro. Algo que había querido durante tanto tiempo y que por fin había conseguido, con mi propio esfuerzo, mis ganas y mi creatividad. Ver las palabras escritas en ese email realmente me hizo pensar...



La realidad completa - la que va más allá de lo pequeño que se vuelve mi mundo cuando me concentro tanto en lo que me falta - es que, hasta ahora, he conseguido absolutamente todo lo que he querido en la vida. Quise una carrera y la terminé. Quise estudiar arte dramático y lo conseguí. Quise dedicarme al teatro y lo sigo haciendo. Quise escribir y escribo. Quise una casa propia y ahora vivo en ella. Quise viajar y tengo la mochila al hombro de manera casi permanente. Quise mi libertad, relaciones que no me ataran, y eso es exactamente lo que he tenido.

La incongruencia, lo que hace que nos sintamos frustrados y tristes, es que a veces lo que pensamos que queremos no es lo que realmente siente nuestro corazón. Por otro lado, lo cierto es que el ser humano es un eterno niño caprichoso que nunca crece y, por lo tanto, en muchas ocasiones lo queremos todo. Nos negamos a elegir y cuando la vida nos da lo que más ansiamos, nos quejamos por no tener esa otra cosa incompatible a la que no hemos sabido renunciar.

Lo que debemos entender es que en algún momento hay que dejar de correr en busca de esa utópica felicidad completa y sentarnos a pensar en lo que realmente queremos. ¿Cómo queremos vivir nuestras vidas? ¿Qué queremos ver cuando miremos atrás al final del camino? Y sobre todo, ¿a qué cosas estamos dispuestos a renunciar para no tener ningún arrepentimiento en esa recta final?

Virgilio dijo: la fortuna favorece a los valientes. Merece la pena recordar que la vida es mucho más sabia de lo que solemos creer y que nosotros, aunque no nos demos cuenta, siempre tenemos todas las respuestas. Siempre. Lo importante es tener el valor y la fuerza para enfrentarnos a ellas, aunque eso signifique entrar en un mundo desconocido que nunca nos hemos atrevido a pisar. Si lo conseguimos, resultará imposible que esa fortuna de la que hablaba Virgilio nos pase de largo.

5 comentarios:

  1. enhorabuena... you are an inspiration!!

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  2. Enhorabuena Parisa, me alegro muchísimo. Espero impaciente su publicación. Los sueños se cumplen.

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  3. So proud of you! I love that you say primer libro... something fantastic is on it's way :)

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  4. Ya sabes lo que decía Gloria Fuertes... "salgo ganando en el recuento. Es mucho menos lo que me falta, que lo que tengo"
    Un abrazo preciosa

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